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Los primeros concursos de pucheras (1971-1972)

Por iniciativa de unos valmasedanos se celebró el «I Concurso nacional de Pucheras» el 23 de octubre de 1971.

El origen

A finales del siglo XIX se construyó la línea férrea Bilbao-La Robla, «El hullero», para transportar el carbón desde las minas leonesas hasta la industria siderúrgica vizcíana, estableciendo los talleres generales en Valmaseda. Muchos balmasedanos entraron entonces a trabajar en el ferrocarril, tanto en la línea: maquinistas, fogoneros, guardagujas, etc., como en los talleres: torneros, ajustadores, caldereros, etc.

Puchera tradicional

Los trabajadores que hacían la línea Bilbao-La Robla, pasaban muchas horas en el tren y en condiciones extremas, por lo que idearon una forma de alimentarse caliente. Las primeras pucheras aprovechaban la espita de vapor de la caldera de la máquina para cocinar unas ollas de cocido. El «invento» fue evolucionando, de forma que ya no se necesitaba el vapor, sustituyéndolo por el calor que proporcionaban las brasas del carbón vegetal, haciendo que la puchera fuera autónoma, sin estar ligada al vapor de la máquina de tren de manera que la podían utilizar también los demás empleados del ferrocarril, los guardafrenos.

Se fabricaron entonces unas pucheras que consistían en un puchero recubierto por un armazón metálico con un espacio suficiente en la base para alojar las brasas de carbón; también se le añadieron unas patas metálicas y un asa para el transporte. Había nacido la puchera.

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1971. I Concurso de Pucheras

En el verano del año 1971 a un grupo de valmasedanos se les ocurrió la idea de organizar un concurso gastronómico a base de alubia roja con sus correspondientes condimentos de carne con la tradicional puchera que usaban los ferroviarios de la línea Bilbao-La Robla. En la villa se utilizaba la pucheera en los txokos y bares desde hacía tiempo para preparar la comida en las celebraciones y los fines de semana cuando se reunían las cuadrillas.

¿Pero quiénes y por qué pusieron en marcha el concurso de Pucheras?

La historia surgió de forma espontánea, de ahí que resulte más interesante. Uno de los protagonistas fue Delfín Arregui Ibarra, que subraya el trabajo y altruismo que inspiró aquellos inicios. El concurso de Pucheras se cocinó –nunca mejor dicho- en Deusto, en un restaurante llamado Dena Ona. En él, comía Arregui habitualmente con amigos de la zona, casi todos ellos de Bilbao, incluso tenían amistad con el cocinero del restaurante y no era extraño que José Angel Iribar, el Txopo, -mítico portero del Athletic- estuviera en aquellas comidas.

En la conversación de una de ellas, hablando del concurso de paellas de Getxo, se planteó hacer algo parecido en Valmaseda pero con la Puchera, que era muy poco conocida por aquel entonces.

Finalmente, fue en una de aquellas comidas dónde se dio forma a la idea del Concurso de Pucheras que tanto éxito tiene hoy en día. En ella participaron: Javier Elorrrieta (de Alonsotegi, Muebles Deusto), José Ramón Odriozola (de Bilbao, Automóviles Gor), Constantino López “Tino” (de Valmaseda, Lord Club), Marcial Sainz (de Valmaseda, Tapizados La Magdalena), Jesús Corino (de Valmaseda, concejal del Ayuntamiento de la villa) y el propio Delfín Arregui (de Valmaseda, Muebles Deusto). Éste último fue el encargado de convencer al alcalde de la época, Celedonio Goitia, de poner en marcha la idea del concurso gastronómico.

Cartel del I Concurso nacional de Pucheras. Cocido valmasedano 1971

Así se organizó y llegó el día: las pucheras se hacían en el frontón, de forma que el jurado y los premios se ubicaban en el antiguo kiosco; el jurado estaba integrado por cocineros amigos de Delfín, procedentes de Bilbao, Abadiño e incluso había uno desplazado desde Guipúzcoa. Estos eran los cocineros que actuaron de jueces: Koldo Kortabitarte ( restaurante Hotel San Blas, Abadiño), Gabi Etxebarria (cocinero del comedor del astillero Euskalduna, Bilbao) y Josetxu Zulaika (cocinero y representante de Starlux).

El concurso, organizado por el Ayuntamiento de Valmaseda, contaba con la colaboración de vecinos, comerciantes y hosteleros locales y proporcionaba, gratuitamente al inscribirse, la alubia tolosana y el carbón vegetal a todos los participantes. Al primer concurso, celebrado el día 23 de octubre, San Severino, festividad del patrón de la villa se presentaron 64 pucheras o cocido valmasedano, aunque otras fuentes citan que fueron 67 los concursantes.

Los vencedores fueron la Peña Lagun Beti Txiki, de Deusto. El portavoz del grupo vencedor, Juan Ignacio García, explicaba a la prensa la receta: «la puchera era de cuatro litros y en ella hemos echado 700 gramos de alubias, también le añadimos unos 200 gramos de bacon y cinco chorizos caseros pequeños. Todo junto lo hemos tenido haciendo unas dos horas y media. El secreto es saber coger el punto y estar atento al tiro de la puchera y al fuego.  ¡Ah! y no dejarse pegar ninguna alubia en el fondo».

La clasificación de este I Concurso de pucheras, cocido valmasedano, quedó de la siguiente forma:

1º – Lagun-Beti (Siempre Amigos), con 123 puntos.

2º – Victor Ferrera, 121 puntos.

3º – Juan Luis San Cristobal, 118 puntos.

4º – Manuel Zorrilla, 114 puntos.

5º – José Mari Gutiérrez, 103 puntos.

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¿Fue este el inicio de una fiesta que no se celebraba?

Las fiestas principales, denominadas en muchas ocasiones como patronales, se celebraban en el mes de agosto, los días 15, 16 y 17, en las festividades de Nuestra Señora, San Roque y San Roquillo, con grandes verbenas, novilladas, fuegos artificiales, partidos de pelota a mano y un gran número de actividades lúdicas.

El por qué de esta tradición lo encontramos en las costumbres populares y la actividad laboral. La principal industria de la villa desde los años 40 hasta mediados de los 70 era la del mueble, que daba empleo a un gran número de valmasedanos y algunas valmasedanas que trabajaban, principalmente, por horas.

Desde la implantación del mes de vacaciones pagadas en el año 1938 los trabajadores disponían de un mes de asueto, como lo explica este artículo:

España reconoció el derecho a las vacaciones remuneradas en el Fuero del Trabajo (1938) dictado por el Gobierno de Franco cuando aún no había acabado la Guerra Civil. Posteriores desarrollos legislativos fueron marcando los límites de los permisos hasta llegar al actual Estatuto de los Trabajadores, que fija un mínimo de 30 días naturales. El veraneo, tal y como lo conocemos, es cosa del desarrollismo de los años 60, cuando la industria y los servicios emplearon a decenas de miles de españoles que hasta entonces solo habían conocido la esclavitud del campo. (https://www.hoy.es/sociedad/201606/19/primeras-vacaciones-pagadas-20160619002023-v.html).

Los talleres de muebles y otras industrias de la villa daban las vacaciones en el mes de agosto, con la paralización casi total de la actividad laboral en Valmaseda. Pero eran años en los que la gran mayoría de los valmasedanos, al igual que el resto de los españoles, no disponían de recursos económicos para pagarse unas vacaciones, por lo que permanecían en la villa. De ahí el auge de las fiestas de agosto.

La fiesta de San Severino Abad (23 de octubre), aunque era festivo a efectos laborales, no disponía de actividades lúdico-festivas organizadas por el ayuntamiento y las familias aprovechaban para realizar compras en los comercios de Bilbao. También es necesario considerar que a finales del mes de octubre las condiciones climatológicas no son las mismas que a mediados del mes de agosto. Aun así, la fiesta de San Severino ha conseguido a lo largo de los años desplazar e incluso anular las fiestas de agosto.

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1972. II Concurso de Pucheras

En vista del éxito obtenido en el primer concurso, el Ayuntamiento de Valmaseda organizó el II Concurso nacional de pucheras, plato típico valmasedanocomo lo denomina la prensa regional ese año. El concejal del Ayuntamiento de la villa encartada, Jesús Corino, explica como surgió la idea del concurso: «Valmaseda, como el resto de los pueblos, tiene sus tipismos y peculiaridades y los valmasedanos, aunque ausentes del pueblo, sienten éste y lo que en él ocurre. Hace un año que unos valmasedanos residentes en Deusto me proporcionaron la idea. La expuse en el Concejo, todos la hicieron como suya  y el concurso fue un éxito, y esperamos siga siéndolo, puesto que la puchera es valmasedana, míresela por donde se mire». Los concursante ¿serán exclusivamente de la zona de influencia de Valmaseda? «No. Es idea nuestra que acudan de todos los puntos. Nos sentiríamos satisfechísimos si concursaran otros ferroviarios de Burgos (Miranda de Ebro) o León. Quienes deseen hacerlo saben que serán bien recibidos».

Los vencedores volvieron a ser la Peña Lagun Beti Txiki, con su cocinero mayor Juan Ignacio García.    La clasificación del II concurso nacional de pucheras quedó de la siguiente forma:

1º – Lagun Beti Txiki, con 51 puntos sobre 60.

2º – Juan Luis San Cristóbal, con 49 puntos

3º – Lagun Beti Txiki, con 47 puntos

4º – Eusebio Ureta, con 47 puntos

5º – Juantxu Setien «Urtain», de Valmaseda, con 45 puntos

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En las 15 primeras ediciones el concurso se desarrolló en la campa y parque del Frontón, hasta que a mediados de los años ochenta se trasladó a la plaza de San Severino.  

Fotografías de los siguientes concursos

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NOTA.-  Los recortes de periódico cedidos por Eneko García Ureta. Algunas fotografías cedidas por Natxo Ibargüen (hijo), el resto son del archivo de la Asociación Harresi.

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