José Ventura de Leguineche Abaroabarrena enseñaba música a los niños de la villa en 1871 y dirigía la orquesta municipal.
El origen de las actuales bandas de música hay que situarlo a comienzos del siglo XIX, con las bandas del ejército napoleónico que estaban compuestas por instrumentos de viento y percusión. Ya existían desde finales del siglo XVIII, durante la Revolución Francesa para amenizar las grandes fiestas de la república.
Los regimientos de infantería franceses contaban con bandas de música, compuestas por instrumentos de viento: saxofones, fliscornos, bombardinos y bajos, así como instrumentos de cuerda: violoncelos y contrabajos, junto a los de percusión: cajas, tambores, bombos y platillos. Estas agrupaciones musicales fueron copiadas por los demás ejércitos que las incorporaron a sus regimientos.
Con el paso del tiempo las bandas de música no se limitaban a interpretar las marchas militares, sino que poco a poco fueron ampliando su repertorio con el fin de ofrecer una diversión musical en las fiestas de las poblaciones donde estaban acantonados.
Diferencias entre una banda y una orquesta
En ambas tocan músicos, hay un director y participan en conciertos, sin embargo, las diferencias entre una banda y una orquesta no tienen nada que ver con eso:
- Una banda de música es un grupo de músicos que interpretan, principalmente instrumentos de viento. De hecho, solo está compuesta por este tipo de instrumentos.
- Una orquesta tiene un sentido mucho más amplio que el de una banda de música. A los instrumentos de viento se les añaden los de cuerda, que son los que tienen más protagonismo en el conjunto.
- Si una banda tiene instrumentos de cuerda, esto quiere decir que se trata de una banda sinfónica. Los instrumentos de cuerda de una banda sinfónica son el violonchelo y el contrabajo, aunque también podrían aparecer el piano y el arpa, pero no suele ser lo habitual.
- La orquesta, en cambio, está formada por instrumentos de todas las familias. Esto es, cuerda, viento y madera. Los que aquí tienen más protagonismo son los instrumentos de cuerda, siendo el violín el instrumento por excelencia.
- Una banda de música se puede transformar en banda sinfónica. Es decir, podría llegar a tener una estructura similar a la de una orquesta, pero no idéntica. Cuando se incorporan un violonchelo y un contrabajo a la banda de música, ya es una banda sinfónica.
Toda esta información está extractada de la siguiente página web:
El origen de las bandas de música y las sociedades musicales.
Joaquín Grau Murcia. Compositor y director. Académico de la Real Academia de Bellas Artes Sta. María de La Arrixaca de Murcia.
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Aunque en el año 1871 Valmaseda contaba con un cuartel en el que se alojaba una compañía, unos 100 soldados, no se tienen noticias de que hubiera una banda militar en la población y parece factible que disponía de una banda de música municipal para amenizar las numerosas fiestas de la villa y es también muy probable que fueran además algunos vecinos los que se encargaran de esa labor a los sones del tamboril.
En el año 1868 se produjo la revolución que destronó a Isabel II dando comienzo el Sexenio Democrático con el gobierno del general Serrano (1868-1871) al que siguió el reinado de Amadeo I (1871-1873) y la Primera República Española (1873-1874). En estos tiempos convulsos se produjeron migraciones por razones políticas o ideológicas que motivaron el desplazamiento de algunas personas o familias para instalarse en otros pueblos. Estas pueden ser las causas razonables de que José Ventura de Leguineche, llegara a la villa y se instalara en ella en el año 1868.
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José Ventura de Leguineche Abaroabarrena
Nació en Mundaca (Vizcaya) el 17 de septiembre de 1844 y cursó estudios musicales. Estos son los datos que aparecen en el Padrón de 1871 en Valmaseda. Sin embargo, al consultar el Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia (AHEB-BEHA) el único José Leguineche que aparece nació en Mundaca el 6 de enero de 1841 con el nombre de José Gazpar Leguineche Abaroa-barrena.
Cuando llegó a la villa fue inscrito en el registro de vecinos con la profesión «músico» y se instaló en una vivienda de la calle Enmedio, número 19, ocupando uno de los dos pisos con que contaba el edificio, en el otro habitaba la familia del carpintero Valentín López, de 28 años y su esposa Vicenta Bolívar, de 30, junto a sus tres hijos de corta edad.
Parece que José, para facilitar las labores domésticas, disponía de la ayuda de una sirvienta llamada Juana Aedo, natural de Villaverde (Santander), que llegó a la villa en el año 1870 cuando tenía tan solo 14 años, lo que hace pensar que José de Leguineche era una persona que contaba con suficientes recursos económicos.
Fue al comienzo del año siguiente, el 24 de enero de 1871, cuando José envió una carta al ayuntamiento de Valmaseda, que fue tratada en la sesión del 28 de marzo, en la que manifestaba que: reconocida por todo el vecindario la conveniencia de establecer un maestro de música que además de dar esta instrucción a las familias acomodadas que lo deseen, dirija la orquesta del pueblo, se encargue del órgano de San Juan, enseñe a algunos jóvenes pobres de la Villa y procure dar realce a las funciones de la Iglesia.
En la misma solicitud proponía desempeñar el nuevo cargo por un sueldo anual de 3.000 reales.
Para realizar su labor exponía estos cuatro puntos:
1ª. Se compromete a dirigir la orquesta de la Villa, dándole las lecciones de música vocal e instrumental que sean necesarias para su adelantamiento y a escribir los papeles convenientes.
2ª. Se encarga del órgano de San Juan, tocando en todos los días de fiesta y procurando que las funciones de esta parroquia tengan la debida solemnidad.
3ª. Enseñará gratuitamente a cuatro niños pobres la música vocal, dedicándolos cuando tengan bastante aptitud a cantar en el coro.
4ª. Concurrirá con los niños pobres a cuya enseñanza se obliga a las funciones de San Severino, además de hacerlo él personalmente en los días de fiesta y dirigiendo en ella la orquesta cuando asista.
Por tanto, como vemos en el apartado 1º, se comprometía a dirigir la orquesta de la villa (parece por tanto que ya existía una) a la que proponía darles las lecciones de música vocal e instrumental que sean necesarias para su adelantamiento y a escribir los papeles convenientes (partituras).
En esos años Valmaseda contaba con dos iglesias, San Severino y San Juan del Moral, además de las ermitas y el convento de Santa Clara y para ofrecer los servicios religiosos había ocho sacerdotes y un capellán. La parroquia de San Severino contaba con un organista titular, Severino Fernández Salazar, natural de Valmaseda, nacido el 28 de febrero de 1818, por lo que contaba con 52 años de edad en 1870 y residía en la plaza de San Severino, número 9. Por esa razón José propuso encargarse del órgano de la iglesia de San Juan del Moral donde debía tocar el órgano todos los días de fiesta.
Además de los niños de las familias pudientes que pudieran asistir a su escuela de música, se comprometía a enseñar a cuatro niños pobres la música vocal, dedicándolos cuando tengan bastante aptitud a cantar en el coro y también acudir a las misas de San Severino y dirigir allí la orquesta.
Esta fue la resolución de la corporación municipal a la solicitud de José Ventura de Leguineche:
El Ayuntamiento, después de discutido muy detenidamente el asunto motivo de la presente solicitud y considerando que con solo el aumento de mil ochocientos reales, como en ella se expresa, se consiguen las ventajas de tener un profesor que tan útil es para el servicio del pueblo; acordó acceder a la pretensión, creando en su consecuencia este nuevo cargo y confirmándolo al solicitante con las condiciones expresadas por cuyo fiel cumplimiento velará la Corporación y descartando que se incluyera en el presupuesto el crédito correspondiente.
De esta resolución del ayuntamiento de la villa se deduce que existía una banda de música municipal y que estaba dotada con la cantidad de 1.200 reales anuales (con solo el aumento de mil ochocientos reales, por desempeñar el nuevo cargo por un sueldo anual de 3.000 reales), sin que existiera la figura de Director al citar que era reconocida por el vecindario: la conveniencia de establecer un maestro de música y era un nuevo cargo.
Así quedó encargado de impartir la enseñanza musical a los jóvenes de la villa a partir de finales de marzo de 1871.
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José Ventura de Leguineche se casó en la parroquia de San Severino con Cesarea Guinea Cosca, el 9 de febrero de 1872; la novia tenía 22 años cuando contrajo nupcias puesto que había nacido el 9 de mayo de 1850 en Valmaseda y era hija del veterinario Francisco Guinea, de 64 años y Basilia Cosca, de la misma edad, residentes en la calle Correría número 6; en el mismo edificio vivía también la familia del comerciante Juan Cosca, hermano de Basilia, que era viudo y tenía cinco hijos.
Tan solo dos meses después de contraer matrimonio comenzó la III Guerra Carlista y estas buenas intenciones quedarían relegadas, al menos hasta el final de la contienda, febrero de 1876.
José y Cesarea tuvieron al menos seis hijos, Juan Cancio, que falleció el 22 de septiembre de 1874 (no hay datos de su nacimiento); Marcelino, nacido el 13 de junio de 1875; Aurora Engracia, nacida el 15 de abril de 1880; Adelaida Romana, nació el 28 de febrero de 1883 fallecida el 2 de octubre de 1884; Patrocinio Josefa, nació el 27 de abril de 1885 y, finalmente, José Marcos que falleció el 28 de noviembre de 1898, sin datos de su nacimiento.
En el Padrón de 1881 figura que vivían en la calle del Medio, número 2, junto a sus hijos Marcelino, nacido el 13 de junio de 1875 y Aurora, nacida el 15 de abril de 1880, además de la madre de Cesárea, Basilia de Cosca y Vizcaya y una sirvienta llamada Justa Loma y la Puente.
No hay datos del fallecimiento de José Ventura y su esposa Cesarea Guinea por haberse producido después del año 1900 y estar restringidos por la Ley de Protección de Datos.
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El valmasedano de 56 años, Felipe Vélez y Castillo, nacido el 23 de agosto de 1825, era el encargado de amenizar los bailes en las fiestas de la villa a los sones del tamboril, tal como figura en el Padrón de 1881 con la profesión «tamborilero».
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Otros artículos de la serie Músicos de Valmaseda:
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En próximos capítulos se expondrán y darán a conocer las distintas formaciones y vicisitudes de la banda de música de Valmaseda desde finales del siglo XIX hasta su desaparición en la década de los años 70 del siglo XX. Toda la información mostrada es fruto de las investigaciones históricas encontradas en los archivos y la prensa.
J. T. Sáez «Pikizu»
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