150 aniversario del comienzo de la contienda (21-04-1872).
Grandes y continuos fueron los sucesos del Sexenio Democrático (1868-1874), que comenzó con la revolución del 68, con el destronamiento y exilio de la reina Isabel II y que finalizó con otro golpe militar poniendo fin a la Primera República (1873-1874). Uno de los hechos que tuvieron más trascendencia durante el Sexenio Democrático fue el alzamiento militar de los partidarios de D. Carlos, la III Guerra Carlista, en la que Carlos de Borbón Y Este, nieto de Carlos V (I Guerra Carlista. 1833-1839), pretendía el trono con el nombre de Carlos VII.
Tras el triunfo de la revolución de setiembre del 68 se formó un gobierno provisional formado por los generales Serrano, Prim y Topete junto a Sagasta. Si pensamos que hoy en día hay una ensalada de sílabas entre los partidos políticos, en aquellos años no era distinto, el espectro político estaba formado por: Partido Unionista, Partido Progresista, Partido Republicano Democrático Federal, Partido Demócrata, Partido Carlista y dentro de estos partidos había diversas corrientes. Se convocaron elecciones generales por sufragio universal de los varones mayores de 25 años que finalizó con la proclamación de la Constitución llamada la Gloriosa (1869).
Comenzó entonces la búsqueda de un nuevo rey para el país, bajo la regencia del general Serrano. Los candidatos fueron: el portugués Fernando de Sajonia, que rechazó el ofrecimiento; Antonio de Orleans, duque de Montpensier, que fue descartado tras un duelo; El alemán Leopold de Hohenzollern-Sigmaringen, que fue vetado por el emperador francés Napoleón III, lo que desató la guerra entre Francia y Prusia; y el hijo de la reina destronada, Alfonso, no fue aceptado por el general Prim. El pretendiente carlista, Carlos de Borbón y Este, no obtuvo apoyos a su candidatura.
Finalmente, las Cortes Constituyentes eligieron al hijo del rey de Italia, Amadeo de Saboya, el 16 de noviembre de 1870, que reinaría con el nombre de Amadeo I. Antes de la proclamación del nuevo rey, el 27 de diciembre de ese mismo sufrió un atentado el general Prim, principal valedor de Amadeo, falleciendo el día 30 sin ver coronado al futuro rey, hecho que tuvo lugar ante las Cortes el 2 de enero de 1871.
A los carlistas no les resultó aceptable la elección de Amadeo de Saboya al pretender que se eligiera a D. Carlos, aunque tuvo más peso la opción legalista de Cándido Nocedal para lograr la elección del pretendiente por medio de una mayoría en las Cortes, lo que frenó los levantamientos planeados.
El propio Cándido Nocedal se presentó por el distrito de Valmaseda en las elecciones generales de abril de 1872.
Comenzaba Amadeo I su reinado con malos augurios, la política se vio ensombrecida por una pugna entre Práxedes Mateo Sagasta y Manuel Ruiz Zorrilla por la sucesión del general Prim, que enturbió el normal desarrollo de las Cortes. Se sucedieron los gobiernos de Sagasta y Ruiz Zorrilla, con la oposición del Partido Radical que se coaligó a los carlistas y republicanos, que ya se habían presentado unidos en las elecciones municipales de diciembre de 1871.
En las elecciones generales de abril de 1872 el partido radical y los carlistas perdieron muchos votos en medio de numerosas reclamaciones por actuaciones ilícitas del gobierno y las tesis de los partidarios de la insurrección fueron ganado apoyos. Esto obligó a Cándido Nocedal a renunciar a todos sus cargos. Aún así, la suma de radicales, carlista y republicanos sumaron en las Cortes 150 diputados.
Prácticamente todo el País Vasco y Navarra votaron a favor del carlismo en las elecciones generales de abril de 1872. Por el distrito de Valmaseda resultó elegido, después de diversas estratagemas electorales, Lorenzo Arrieta-Mascarúa.
El pretendiente dio orden el 14 de abril de que los diputados carlistas no acudieran a las Cortes y que se iniciara la insurrección para el día 21 de abril, comenzando la que se denominó III Guerra Carlista.
Poco después del levantamiento militar, el 2 de mayo, entraba D. Carlos por Vera de Bidasoa reuniéndose con sus partidarios en Navarra, pero dos días después, el incipiente ejército del pretendiente fue derrotado en Oroquieta y el propio D. Carlos tuvo que huir a caballo hasta la frontera francesa para evitar ser capturado. El 24 de mayo, el general Serrano firmó con los diputados de guerra de la Diputación Foral de Vizcaya el Convenio de Amorebieta que ponía fin, al menos por el momento, a la guerra.
Pero este acuerdo no fue satisfactorio para ninguna de las partes y las partidas continuaron actuando en Cataluña. El 16 de junio, el pretendiente prometió devolver los Fueros a Cataluña, que habían sido abolidos en el año 1714 por Felipe V, por los decretos de Nueva Planta. En diciembre de 1872 se produjo una nueva insurrección en el País Vasco y Navarra, continuando la guerra hasta el 28 de febrero de 1876, con la derrota del ejército carlista y la salida del pretendiente por la frontera francesa.
Esta guerra tuvo graves consecuencias para la villa de Valmaseda.
Pocos días después de que el pretendiente ordenara el levantamiento tuvo lugar un encuentro de una partida carlista, mandada por Cuevillas, con 25 guardias civiles del puesto de Balmaseda en la localidad de Güeñes, que se saldó con un guardia civil herido. Días después se sucedieron los encuentros con la partida carlista y el ejército en la zona de Carranza.
Todos estos acontecimiento y muchos más están recogidos en mi libro: La III Guerra carlista en Valmaseda, Encartaciones, Valle de Mena y Bilbao, publicado en el mes de diciembre de 2022.